José Martí nos enseña que quien resiste con perseverancia acaba trinfando

TRES HEROES - José Martí

Hay hombres que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay otros que padecen como en agonía cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor. En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados.




Un hombre solo no vale nunca más que un pueblo entero; pero hay hombres que no se cansan, cuando su pueblo se cansa, y que se deciden a la guerra antes que los pueblos, porque no tienen que consultar a nadie más que a sí mismos, y los pueblos tienen muchos hombres, y no pueden consultarse tan pronto. Ese fue el mérito de Bolívar, que no se cansó de pelear por la libertad de Venezuela, cuando parecía que Venezuela se cansaba.



domingo, 17 de octubre de 2010

LA VOZ DEL POETA EN EL VALLE SAGRADO DE IGUESTE

Cho Manuel García Alonso, agricultor, cabrero, caminante, poeta y cronista del pueblo de Igueste de Candelaria, me dictó estas líneas tras un recorrido por el barranco de Araca que hizo conmigo el 8 de junio de 2006. Yo las publico hoy en este blog después de haberlas encontrado en una carpeta que tenía olvidada (cosas de la informática),junto con fotos tomadas ese mismo día. Cho Manuel tiene guardados centenares de escritos en verso y en prosa, pero esritos a mano. Le cuesta mucho que le publiquen algo en imprenta, pero ha concebido la idea de comprarse un ordenador, iniciarse en la informática (yo me comprometo a darle todas las clases que haga falta) y publicar su propio blog. Ruego a quienes lean ésto y lo conozcan personalmente que si lo ven, lo animen a ver si se decide. O si nó lo ven, dejen aquí sus comentarios.



Yo les saludo montañas, barrancos, valles, laderas, ustedes fuentes que dan vida. Oh picachos, cuevas, taliscas, hendiduras de peñascos, rocas basálticas.
Escuchen, senderos serpenteantes, caminos, trochas o atajos, sendas trilladas por los pies descalzos y humildes de niños que juguetean hasta el mismo atardecer.
Oh llanuras y vaguadas, morras y montículos, lugares planos e inclinados, desfiladeros, pasos de difícil pasar...

Lugares inaccesibles donde sólo llegan las criaturas aladas para hacer sus nidos...

Yo saludo a las tierras de pastoreo, a las tierras de cultivo, yo saludo a los refugios caprinos y ovejunos, donde anida la alpispa y el tabobo o abubilla, que con su cola basculante muestra su elegancia, vestida de plumaje verde – amarillo. Y tú, tabobo, con tu cresta majestuosa y pico largo, que te sirve de adorno como sombrero de ala larga, de plumaje beige – negro, con líneas transversales como la veloz cebra en los verdes prados. De elegancia sin pasarelas, porque no tienen espacios acotados, porque sois libres... libres para volar... adonde quieran, y ocupar espacios que ustedes en la tierra quieran...


Yo saludo a los lugares agrestes escarpados, donde mi vista se pierde en la lejanía, donde las cúspides de las montañas quieren tocar la bóveda celeste adornada por millones de estrellas....

Yo les saludo a ustedes estrellas fugaces, de gran belleza, destacándose la osa mayor y la osa menor, y el planeta Venus en el fondo, detrás de las montañas de Amarnia, como decoración del majestuoso cuadro simbólico...

Yo saludo a las palpitantes y parpadeantes estrellas que dan a entender que están cansadas o estresadas por ese continuo dar luz desde los tiempos infinitos, y sin descanso siguen con ese tranquilo ritmo...

Yo te saludo luna llena con tu gran luz esplendorosa, que haces que el silencio reine en este “lugar mágico”. Todo es paz y armonía, calma, donde los grillos cantan orquestadamente al unísono, sin adelantarse ni atrasarse. Oh ellos son felices al cumplir con esta delicada misión. Oh sombras de desfiladeros prolongados, de aristas y cóncavas cuevas, todo es dulzura y éxtasis en el “valle sagrado”. Ahora unas nubes aparecen lentamente, juguetean y caracoleando, ondulantes se desplazan en las cúspides y laderas de Cherijel y de Archeña, descendiendo y peinándose con la suave brisa vespertina, que musicalmente se oye cuando choca contra las faldas y ramas de los pinares. Estos gimen y se acimbran con el riguroso ejercicio que les obliga a curtirse y atearse como el aleado acero. Sus elegantes copas se mueven como cabelleras que se alargan y vuelven a su perpendicular tomando su posición original. Siguen rectos y elegantes, algunos brazos por la presión del viento han sido desmembrados. Así y todo... no lloran, no gimen, se han acostumbrado a las más estrictas de las disciplinas de la madre naturaleza....



Ahora la música del pinar es más fuerte, más armoniosa, se parece a una enorme “arpa” que extiende sus elásticas cuerdas. El ronco son lírico se expande por la profundidad de los barrancos y baja con ronca voz, pero suave y modulante. Ahora se ha unido un órgano musical que va frenando con sus teclas la suave brisa al delta del “valle sagrado”, se abre al norte y al sur, al oriente soplando con equilibrio con delicadeza, mientras sigue soltando la música de sus gigantescos pulmones. Pero ahora choca e impacta contra el mar. Las aguas se agitan y haciendo pequeños gestos ademánicos, acepta las caricias del amortiguado y suave viento. Se forman olas gigantescas, crestas de cernejas caballares, que adornan el azulado y majestuoso mar, espumas blancas complacidas que producen burbujas y oxígeno gratificante para todo lo que respira, aliento impetuoso renovable que da vida... ¡ gracias, gracias, gracias, Majestuoso y Poderoso Creador¡ A ti vaya la gloria y la honra, porque tú creaste todas estas cosas y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas...

Yo te saludo laurisilva. Oh viñátigos, tilos, barbuzanos, tejos, brezos, hayas, laureles, palos blancos, acebiños, follados, codesos, escobones, cedros, loros, tajasastes, taginastes con sus bellas flores azules y violetas. Oh majestuosos dragos colosales con vuestra sangre laboriosa. Y ustedes elegantes palmeras con su elástica cintura y bella danza, con sus ricos dátiles, con su rica miel, y el refrescante guarapo que me llenan de éxtasis que hacen que pierda los cinco sentidos a tal punto... que me siento cautivado, y cuando esto sucede entra en operación el sexto sentido que me motiva para coger la pluma y hacer uso de la escritura, ese lenguaje como la voz humana, más bien permanece. Sí, la escritura del poeta. Yo más bien diría la voz del poeta en escritura, porque todo es realizable...

Yo saludo a todo el colectivo de mis pinares, viejos y menos viejos, jóvenes y menos jóvenes, pequeños o más robustos. No importa, para todos un abrazo del poeta porque lo tienen cautivado por la frescura, por el olor del acre resinoso, por la tea alquitranada, por los piñones que alimentan al pinzón azul, por tu sabia medicinal...

Yo saludo a los cardones, tabaibas, verodes, a las perfumadas retamas, a las jaras con sus flores violetas, a las chajoras grises, a los inciensos moriscos perfumados, a los cornicales, esparragueras, a las rosillas con sus bellas flores de color rosa, a los majestuosos almácigos, árboles medicinales de gran valor; a los sanguinos, a los tamarindos, a los azangos, a las cardillas, a los cardos con sus bellos cálices, a las altas misas con sus bellas flores amarillas identificadoras del mes de mayo...

Yo saludo a los bejeques, que con sus flores similares a tulipas de color violeta realzan gran belleza. Yo saludo a la vinagrera por ser la más temprana en brotar, y tú mocanera, con tus negras mocanas dulces como la miel, de ti sale el chasarquén guanche.

Yo saludo a las ateadas y milenarias sabinas con sus semillas y ramas olorosas perfumadas, en otros tiempos grandes colonias hermosearon el valle, y posteriormente las talas o deforestaciones por los ingenios azucareros para secar la melaza en Güimar fue la causa de vuestro exterminio, pudiendo sobrevivir las que se encuentran colgando en los abismos donde los humanos no llegan allí, y ustedes colgando al vacío se balancean como jardines colgantes, produciendo sonidos musicales cuando chocan en vuestras ramas las brisas o los fuertes vientos, retorcidos vuestros brazos musculosos y ateados y fuertes como las rocas, donde están con vuestras raíces ancladas y muy bien afirmadas. En las sepulturas guanches aparece vuestra madera, pues es sabido que ellos de manera inteligente usaban tal madera para los sarcófagos o chajaxos, porque ellos entendían que conservarían el cadáver momificado como si fueran casi eternos. Tanto es así que todavía hoy se conservan las maderas en tales necrópolis. También las usaban en sus armas de guerra, a saber: espadas, dardos, bastones de mando o banotes, por saber que tenían una duración incalculable.

Yo saludo a toda la innumerable vegetación con los cientos y cientos de nombres que me faltaría tiempo para mencionarles, pero que el poeta no las olvida, cada uno de vuestros nombres si tuviera que ponerlos por escrito. Quizás lo haga en el futuro.

Yo les saludo a ustedes, árboles frutales, albaricoqueros, damasqueros, durazneros, almendreros, bicaqueros, madroñeros, cirueleros, castañeros, viñedos de todas clases, frutales menores todos. Yo los saludo a ustedes con alegría.

Yo saludo a ustedes gramíñeas y cereales todos. Hortalizas todas, yerbas medicinales todas. Plantas ornamentales todas. Yerbas de todas clases. Muchos saludos a toda la flora tanto en la tierra como en el mar.

Oh, escuchen corales y algas marinas, cebadales que alimentan a los peces con sus frutos. Yo saludo a las bellas violetas del Teide que se refugian en las grietas y taliscas del majestuoso Teide. A pesar de ser tan delicadas y frágiles reciben el rocío nocturno para seguir viviendo, soportando las terribles temperaturas calurosas.

Reciban mis saludos fauna terrestre, a saber: lechuzas, corujas, pardelas, murciélagos, apagados, peroluises, aves nocturnas todas, saludos. Saludos, aguilillas, cernícalos, halcones, cuervos, villanos, andoriñas, golondrinas, palomas rabiches y turqueses. Perdices morunas, mirlos, gaviotas, patos africanos migratorios, tórtolas salvajes, abubillas o tabobos, garzas africanas, aves grandes todas, pájaros todos, especialmente el canario silvestre, cantor y libre, el capirote cantor, valientes y libres todos. Yo les saludo a ustedes, calandrias, que con su singular vuelo en espiral se elevan a los cielos para ponerse quietas con sus alas tendidas, observando lo que hacen los demás, y con vuestro bello canto dan alegría a los deprimidos...

Yo te saludo a ti, alcairón, imitador de canto de todos, astuto y valiente, que sobrevives a costa de tus víctimas, imitando al ser humano, dándoles tus lecciones de moral golfa y tergiversada, ya que ellos se justifican acallando sus conciencias diciendo que sobrevive el más fuerte o el más apto. Terrible embuste para callara la conciencia humana. Ellos no tienen perdón, posiblemente tú si, alcairón.

Saludos pájaros carpinteros todos, ingeniosos en su arte sin parar, más inteligentes que los hombres que llevan tal oficio. Y tú sin escuadra, metro ni serrucho.

Oh pinzones azules conocidos como los del Teide, pero cambian de hábitat usando vuestra inteligencia porque sabéis que la comida está en el pinar, los famosos piñones. Sí pinzones, vestidos con el uniforme verde oliva, reflejos de elegancia y precisión. Preciosas estaturas cuando los comparamos con los de vuestra especie. Saludos pájaros camineros, conservadores de caminos, anidando en la orilla de ellos, como siempre. Aunque ya rara vez se transitan los tales, sigan con el mismo empeño para que así nosotros aprendamos la lección de visitarlos más a menudo.

Saludos, pájaros milleros que con vuestro pecho rojo adornan los campos como las amapolas, quizás en otros tiempos perseguidos por el color, pero hoy sois libres.

Saludos jilgueros pequeños en estatura, pero bellos en vuestro vestir. Y ustedes trigueros, por gustarle tanto el trigo, se quedaros con el nombre. Oh herrerillos comunes, mosquiteros o furrieles, terraces, horneros – arquitectos haciendo sus nidos igual que hornos hechos por los hombres, ellos tuvieron que haber copiado a ustedes- La diferencia es que ustedes no cobran ningún salario, ya podían aprender de ustedes.

Saludos pechitos rojos sin pertenecer a ningún partido político, sólo pensáis en sobrevivir y lo lleváis bien pensado. A todas las criaturas aladas plumadas, muchos saludos.

A todos los animales salvajes y domésticos, saludos a todas las mariposas con sus frágiles cuerpos y sus bellos colores de lunares, y sus elegantes bailes muy bien equilibrados, donde los humanos tenemos tanto que aprender, especialmente el vals de las mariposas. A ustedes coleópteros, insectos diurnos y nocturnos, muchos saludos del indígena poeta, porque todos los que en este escrito he mencionado, y también a los que han quedado por nombrar y saludar, todos y todos pertenecemos al “valle sagrado”.

Ruego toda la permanencia y existencia de nuestro valle, el lugar hermoso donde nos tocó nacer, crecer, y posiblemente envejecer. Fuerte abrazo de corazón a lo bello, a lo sublime, a lo maravilloso. Y finalmente decir saludos, muchos saludos, y yo diría muchísimos saludos a la larga, dulce y misteriosa noche... se funde en el más enérgico de los abrazos el sigoñe Guadafret, indígena, poeta y defensor de Achinet.

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